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Por Tatiana Oroño

Ojo Beligerante.

Orientada al campo de las artes “plásticas y visuales”, la revista busca explícitamente promover el debate en torno a temas de una agenda nutrida en la cual lo local, y en este escenario las tenciones entre la las políticas del Estado y el mercado, se perfilan como firmes núcleos de asedio. No se trata de un desafió cualquiera. Y menos para sus editores que procuran abordar, cuestionándolas, relaciones de poder simbólico inevitablemente complejas, desde un discurso que por definición debe tomar distancia del pensamiento único y/o corporativo. El emprendimiento despierta justificada adhesión. No es un gesto gratuito difundir gratuitamente cultura impresa en el mundo del capitalismo tardío, proclive a acumular quiebras bursátiles, ferias de arte y legiones de pobres. La Pupila busca contribuir a satisfacer esa necesidad de confrontación pública del pensamiento producido en torno a (y desde) el campo artístico. Tanto en su realización como en los entornos que virtualiza, la propuesta sugiere actualizar aun cuando no se mencione la concepción gramciana del intelectual orgánico, aquella categoría de intelectual metido en lo suyo pero funcional, a la vez, a un proyecto político. Si como afirmara Marc Auge “las relaciones de poder deben ser, en un conjunto cultural dado, concebibles y gestionables”, al propósito de esta publicación debe ser interpretado como un aporte saludable a la cultura uruguaya.

 

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